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Año 2050: después de las pandemias

Por Renée González, Directora de FMCN

8 de Abril, 2020

Las opiniones aquí expuestas son personales y no reflejan necesariamente las opiniones de FMCN.


“Fue difícil”, señaló Tobías. “De repente un virus llegó a todos los rincones de mundo y se llevó muchas almas”. “No paraba, iniciaba la primavera de 2020 y todos esperaban que la alta temperatura en el hemisferio norte, la más afectada en el planeta, acabara con el virus que llamaban COVID-19”. “¿Y paró?” preguntó Isabel, sobrina de Tobías. “En el verano tuvimos un respiro, pero en el otoño volvió a surgir. Científicos en China, Estados Unidos y Francia desarrollaban la vacuna. Los franceses tuvieron la primera y se comenzó a aplicar en enero de 2021, las colas eran largas. Para esas fechas ya habían muerto 2 millones de personas en el mundo. Entonces había 7.8 mil millones de personas”, explico Tobías. “Y luego vino un segundo brote de una cepa resistente a la vacuna en 2023”, añadió Isabel. “Sí, justo cuando la economía comenzaba a reponerse de la pandemia de 2020. Fue entonces cuando varios países, México incluido, trabajando juntos y asesorados por los mejores científicos del mundo, tomaron tres decisiones que permitieron que la especie humana siguiera en este planeta”. Lo siguiente es lo que explicó Tobías:  

“Construyendo sobre los acuerdos del Programa Global de Vida Silvestre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los países tomaron medidas fuertes para parar el tráfico de vida silvestre. Recordarás que la epidemia del virus del Ébola se originó por seres humanos que consumieron un chimpancé en África, mientras que el virus COVID-19 fue transmitido por gente consumiendo murciélagos en China. Justo en este último país estaba programada la reunión del Convenio de la Diversidad Biológica en octubre de 2020. Esta conferencia de la ONU se pospuso para octubre de 2021. Tuvo lugar en Wuhan, China, el centro de origen de COVID-19. Ahí los países se percataron de que la expansión humana a áreas silvestres, la cacería y el consumo de especies por superstición o cuestiones culturales, estaba poniendo en riesgo al planeta. Cerraron mercados con tráfico ilegal de vida silvestre. Los países encarcelaron a quienes traficaban con la misma. Fue difícil, pues el tráfico de vida silvestre representaba un negocio de 20 mil millones de dólares al año. Pero valió la pena. En el Golfo de California el Gobierno de México paró el tráfico de la totoaba, un pez que estuvo en peligro de extinción y que China consumía en grandes cantidades por su vejiga natatoria. Los chinos pensaban que ésta tenía poderes milagrosos y pagaban por una de ellas hasta 10 mil dólares. En las redes de pesca para la totoaba quedaba atrapada la vaquita, un mamífero marino parecido a un pequeño delfín, que estuvo a punto de extinguirse y que hoy se encuentra nuevamente a salvo.”

“Los científicos demostraron la importancia de las áreas verdes, como áreas naturales protegidas, corredores de bosque a lo largo de ríos, reservas comunitarias. Éstas son los sanatorios del planeta. Las raíces de los árboles a lo largo de los ríos retienen suelos y filtran bacterias para que los humanos tengamos agua potable, que en tiempos de pandemia es el elixir de la vida. Un aumento en 4% de la deforestación del Amazonas incrementó la incidencia en malaria en un 50%. Las áreas protegidas son bibliotecas de medicinas, una cuarta parte provienen de plantas. Recordarás que en este tema fue en México donde a partir de una planta, el barbasco, en la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas en Veracruz, fueron descubiertos los ingredientes de la píldora anticonceptiva. Sin ésta y la decisión de millones de mujeres de solo tener los hijos a los que pueden darles una vida digna, el mundo nunca podría haber alimentado a sus habitantes.” 

“La producción de alimentos tuvo que cambiar. Antes de 2023 el ser humano había transformado más de la mitad de la superficie terrestre. 80% del territorio dedicado a agricultura y ganadería producía granos que alimentaban a vacas en grandes establos mecanizados con grandes cantidades de hormonas y antibióticos. Con más de 1,684 millones de reses en 2012, esta forma de producción en el mundo redujo paisajes de gran diversidad a regiones cubiertas con pocas especies de animales consumibles. Los virus florecieron en estos universos uniformes, causando estragos enormes como la influenza aviar y la influenza porcina H1N1. México tomó el liderazgo. Somos un país que alberga entre el 10 y 12% de las especies de plantas y animales en el mundo con sólo el 1.5% de la superficie. Nuestra rica cultura y esta gran biodiversidad nos hacen también centro de origen de muchos cultivos. Un total de 94 de alimentos clave, que conforman el 15% de la dieta mundial, vienen de México: maíz, frijol, jitomate, vainilla, cacao, chiles, papaya. Fue entonces cuando los conocimientos ancestrales, como las chinampas de Xochimilco, sirvieron de inspiración para innovadores sistemas agroecológicos alimentando ciudades. Esta comida orgánica comenzó a alimentar a la población. En 2020 casi el 80% de la población vivía en ciudades. Las ciudades se volvieron resilientes. Cuando las pandemias atacaron, éstas tenían su propio abastecimiento. Los negocios familiares prosperaron, pues la gente comenzó a comprar comida sana y fresca en la esquina de sus casas. Esto también redujo enfermedades al mejorar la alimentación, pues somos lo que comemos.” 

Tobías concluyó: “Si bien el COVID-19 fue un reto, la humanidad tenía que enfrentar uno mayor, el cambio climático. Las proyecciones amenazaban con un desastre mayor, menos rápido que la pandemia, pero más letal. Las proyecciones en México indicaban que para 2050 la población humana pararía de crecer, teníamos que llegar a este año. Algo que nunca nos imaginamos es que las medidas que la pandemia requirió ayudaron. La provisión local de alimentos en las ciudades redujo emisiones por transporte. La ganadería y agricultura industrial disminuyeron de manera drástica, así que muchas áreas recuperaron bosques, que absorbieron el carbono. La biodiversidad aumentó. Las pandemias fueron desapareciendo.” 

Isabel reflexionó y añadió: “Lo que sigue siendo una tarea pendiente es la equidad, pues aún no la hemos logrado en 2050. Las pandemias dejaron a mucha gente descobijada. Ahora que la población se ha estabilizado necesitamos invertir en educación. Es lo único que hará que la humanidad transite a un futuro mejor. Como en el caso de las pandemias, habrá que trabajar juntos, gobierno, universidades, sector privado y sociedad. La colaboración es lo que distingue a nuestra especie, es el único mañana.” 


Referencias

Altieri, M.A.A. y C.I.Nicholls, 2020. Agroecology in times of COVID-19. http://celia.agroeco.org

CONABIO. 2008. Capital Natural de México, Vol. I: Conocimiento actual de la biodiversidad. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México. 

Hooke, R.L. 2012. Land transformation by humans: A review. GSA Today, v.22, no.12. 

https://www.thegef.org/sites/default/files/publications/GWPBrochureMay2018WEB.pdf

https://www.un.org/es/events/biodiversityday/convention.shtml

Vidal, J. 2020. Cómo la pérdida de biodiversidad está aumentando el contagio de virus de animales a humanos. Ballena blanca. https://www.eldiario.es/ballenablanca/biodiversidad/perdida-biodiversidad-aumentando-contagio-animales_0_1007899446.html

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